Crema de Guisantes con Puerros: Receta Fácil

La crema de guisantes y puerro con almendras y semillas tostadas es una receta ideal para quienes buscan una opción saludable, reconfortante y fácil de preparar. Los guisantes aportan dulzura y frescura, mientras que el puerro, con su suave sabor, realza la complejidad de este plato. Al combinarse con la cremosidad de la harina de almendras, se logra una textura aterciopelada que complacerá a todos en la mesa. Las semillas tostadas añaden el toque crujiente perfecto para equilibrar esta delicia. Esta crema es versátil, lo que la hace adecuada para cualquier temporada, ya sea usando ingredientes frescos o congelados.

Ingredientes:

  • 750 g de guisantes frescos o congelados
  • 2 puerros medianos, limpios y cortados en rodajas finas
  • 1 diente de ajo, picado
  •  2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • Caldo de verduras o agua (cantidad necesaria para cubrir las verduras)
  • 10 cucharadas de harina de almendra (o almendra molida)
  • 3 cucharadas de semillas (puedes mezclar semillas de calabaza y de girasol)
  • Perejil fresco picado al gusto
  • Sal y pimienta al gusto

Pasos para Preparar la Receta:

Paso 1: Sofreír los puerros y el ajo

En una olla grande, calienta las dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade el ajo picado y los puerros cortados en rodajas finas. Sazona con una pizca de sal para ayudar a que los puerros suden y liberen su sabor. Cocina por aproximadamente 10 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se doren demasiado. El objetivo es que queden suaves y ligeramente caramelizados.

Paso 2: Agregar los guisantes

Incorpora los guisantes a la olla con los puerros. Si estás usando guisantes congelados, no es necesario descongelarlos previamente. Mezcla bien para que los guisantes se impregnen del sabor del sofrito de puerros y ajo.

Paso 3: Añadir el caldo

Vierte suficiente caldo de verduras (o agua, si prefieres una opción más ligera) para cubrir las verduras. El caldo dará más profundidad de sabor a la crema. Lleva todo a ebullición, luego baja el fuego y deja que hierva suavemente durante 10 minutos, o hasta que los guisantes estén bien cocidos y tiernos.

Paso 4: Incorporar la harina de almendras

Una vez que los guisantes estén cocidos, retira del fuego y deja enfriar un poco. Antes de triturar, retira un poco del líquido de la cocción y resérvalo para ajustar la consistencia si fuera necesario. Agrega la harina de almendra y el perejil picado. Esto le proporcionará cremosidad sin necesidad de añadir lácteos. Tritura la mezcla usando una batidora de mano o una licuadora hasta obtener una textura fina y homogénea. Si prefieres una crema aún más suave, puedes pasarla por un colador fino.

Paso 5: Ajustar la sazón

Una vez triturada, vuelve a colocar la crema en la olla a fuego bajo. Añade sal y pimienta según tu preferencia personal. Si la crema queda muy espesa, puedes añadir un poco del líquido reservado para aligerarla hasta obtener la consistencia deseada.

Paso 6: Tostar las semillas

En una sartén pequeña y sin aceite, tuesta las semillas de calabaza y girasol a fuego medio. Gíralas con frecuencia para que se cocinen de manera uniforme y adquieran un dorado perfecto. Cuando estén listas, colócalas sobre un plato con papel de cocina para que se enfríen y se mantengan crujientes.

Paso 7: Servir

Sirve la crema caliente en boles individuales. Decora con las semillas tostadas por encima, una hojita de perejil fresco, y si lo deseas, un chorrito de aceite de oliva virgen extra para darle un toque final. ¡Disfruta!


5. Consejos y Variaciones:

  • Guisantes congelados: No dudes en usar guisantes congelados si no tienes guisantes frescos. Son igual de nutritivos y mantienen todo su sabor. Esta opción te permite hacer la receta en cualquier época del año.
  • Más cremosidad: Si prefieres una crema aún más suave y rica, puedes sustituir la harina de almendras por crema de coco, leche de almendra o nata vegetal. También puedes añadir una patata durante la cocción de los guisantes para darle más cuerpo.
  • Variante de vichyssoise: Si te gustan los puerros, puedes experimentar con una versión más clásica y cambiar los guisantes por patatas. Esto te permitirá crear una vichyssoise fría o caliente, perfecta para diferentes estaciones.
  • Aromatiza con hierbas y especias: Añade un toque de comino, cúrcuma o nuez moscada para un sabor diferente. El comino combina bien con los guisantes y puede darle un toque más exótico a la crema.

6. Preguntas Frecuentes (FAQ):

¿Puedo usar guisantes congelados en lugar de frescos? Sí, los guisantes congelados son una excelente opción. No requieren descongelación previa y mantienen su sabor dulce y textura al cocinarlos.

¿Puedo sustituir la harina de almendras? Sí, puedes reemplazarla por nata vegetal, crema de coco o incluso una patata cocida para obtener una consistencia similar. La idea es aportar cremosidad sin necesidad de lácteos.

¿Es necesario pasar la crema por un colador? No es obligatorio, pero pasarlo por un colador puede ayudarte a eliminar fibras y lograr una textura más fina y delicada. Si te gusta una crema más rústica, puedes saltarte este paso.

¿Se puede congelar la crema? Sí, esta crema se puede congelar hasta por tres meses. Asegúrate de dejarla enfriar completamente antes de congelarla en porciones individuales. Para recalentarla, simplemente descongélala y caliéntala a fuego bajo.

¿Qué otros toppings puedo usar? Además de las semillas tostadas, puedes añadir queso rallado, picatostes, jamón crujiente o incluso frutos secos tostados como almendras laminadas o avellanas.

¿Cómo le doy un toque extra de sabor? Prueba añadir especias como comino, curry o cúrcuma durante la cocción para darle un sabor más complejo y exótico. También puedes incorporar un toque de queso parmesano al momento de servir para un extra de umami.


7. Conclusión:

La crema de guisantes y puerro con almendras y semillas tostadas es una receta deliciosa, nutritiva y sumamente versátil. Perfecta para una cena ligera o como entrante en una comida más formal, su combinación de sabores dulces y suaves con el toque crujiente de las semillas la convierte en una opción irresistible. Además, es fácil de preparar y puedes adaptarla con ingredientes frescos o congelados según la temporada. Anímate a probar esta receta y personalízala a tu gusto, ¡seguro que sorprenderás a tu familia con este plato lleno de sabor y textura!